Autonomía Universitaria ¿para qué?
ILLAPA
“Entonces, resulta que la
Autonomía Universitaria en sí misma es importante, pero adquiere más relevancia
por sus elementos, porque es continente de varias conquistas que permiten a las
universidades en lo externo plantear sus cuestionamientos y proyectos de manera
independiente a las demás instituciones del Estado y en lo interno es garantía
que cimenta la base de la organización universitaria. Por ello es que en
diversas etapas se intentó eliminarla y también por esto las universidades
ejercieron tenaz resistencia.”
En el ensayo anterior, se hizo
referencia a los antecedentes históricos de la Autonomía Universitaria. Si bien
algunos autores posicionan sus orígenes en la lejana Bolonia o Francia de la
Edad Media, se puede afirmar que la Autonomía Universitaria, como se conoce
actualmente, tiene origen en Córdoba a inicios del siglo XX.
Si bien comprender su historia da
luces de los motivos y el contexto que condujeron a la juventud universitaria
a buscar la Autonomía Universitaria, la solo explicación de su historia no es
suficiente. Sucede a menudo que este término es utilizado en discursos y en
proclamas, pero poco se hace en las mismas aulas y ambientes de la Universidad
por explicar qué es la Autonomía Universitaria, porque saber que algo
asiste no es suficiente para entender su importancia. Realmente la comunidad
universitaria sólo podría dar relevancia y más importante aún, poner en
práctica una construcción abstracta como la Autonomía Universitaria si se
entiende qué es o por lo menos existe una idea sobre su contenido.
Por ahora los antecedentes de la
Autonomía Universitaria, sus luchas y su actualidad quedarán de lado, el centro
de esta segunda parte es profundizar en el contenido de la Autonomía
Universitaria, para así tener un panorama más amplio e intentar reflexionar
sobre su sentido.
a.
Un intento por definirla
Normativamente hablando, la
propia Constitución pareciera indicar que es la Autonomía Universitaria, en su
art. 92 establece: “Las universidades públicas son autónomas e iguales en
jerarquía. La autonomía consiste en la libre administración de sus recursos; el
nombramiento de sus autoridades, su personal docente y administrativo; la
elaboración y aprobación de sus estatutos, planes de estudio y presupuestos
anuales; y la aceptación de legados y donaciones, así como la celebración de
contratos, para realizar sus fines y sostener y perfeccionar sus institutos y
facultades.”
El Estatuto de la Universidad
Boliviana en su art. 5 inc. a) determina: “La Autonomía e igualdad jerárquica
de las Universidades Públicas que la integran, debiendo entenderse por
autonomía, conforme al Art. 92 de la Constitución Política del Estado, la libre
administración de sus recursos, el nombramiento de sus autoridades, personal
docente y administrativo, la elaboración y aprobación de sus estatutos, planes
de estudio y presupuestos anuales por cada Universidad en función de los
principios, fines y objetivos de la Universidad Boliviana a la cabeza del
Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana.”
De ambas citas se puede extraer
elementos comunes: i) la libre administración de los recursos; ii) el
nombramiento del personal docente y administrativo; iii) la elaboración y
aprobación de sus estatutos, planes de estudio y presupuestos anuales; y, iv)
la aceptación de legados y donaciones. Pero, quedarnos con estos elementos, como
componentes de la Autonomía Universitaria, es insuficiente.
Resulta complejo creer que detrás
de las luchas universitarias por la autonomía solo existieran esos objetivos.
Cierto es, que esa disposición constitucional hace referencia a elementos
centrales que la integran y que el Estado debe garantizar en favor del Sistema
de la Universidad Boliviana, no obstante, detrás de la Autonomía Universitaria
existen otros componentes más relevantes, que no se encuentran indicados en las
normas citadas.
El propio Manifiesto de Córdoba
señalaba: “arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y
bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudio es un baluarte de
absurda tiranía”. Por ello, Hastie Falkiner en su artículo “La Autonomía
Universitaria: ¿Al Servicio de las Transformaciones Sociales? ” asocia la
Autonomía Universitaria con un instrumento de lucha, que permitía crear focos
de revolución de la conciencia y generar una diversificación económica,
administrativa y académica desde en las universidades.
Según el criterio de Mario
Miranda Pacheco, la Autonomía Universitaria era una “conquista modernizante,
anti oligárquica y anti imperialista”. Estas características se encuentran
directamente relacionadas con la exposición de motivos contenida en el
Manifiesto de Córdoba, porque esta conquista suponía liberarse de los grupos
internos y externos que dirigían las centros de educación superior, por lo que
en esencia la Autonomía Universitaria de acuerdo al autor citado, nace con
estas consignas que debían- a criterio del autor- haber inspirado la
construcción de la estructura consiguiente.
Alejándonos de la definición
normativa, pero considerando lo citado, se puede decir que la Autonomía
Universitaria es una garantía institucional de las universidades que conforman
el sistema de la Universidad Boliviana. Por la que su conducción y decisiones
no dependen del Estado, en ninguno de sus niveles y el ejercicio de los
elementos que la componen permiten a la comunidad universitaria, en sus
diferentes instancias, organizarse para el logro de sus objetivos y
fines.
Este intento de definición, lejos de pensarse como algo absoluto, busca profundizar la reflexión sobre la Autonomía Universitaria, puesto que previo a ingresar en el análisis de la situación actual de las universidades y del buen o mal uso que se hace de la Autonomía Universitaria, por lo menos se busca tener un panorama más claro sobre el centro del debate, ya que, como se vio, las definiciones normativas son insuficientes a los fines de este trabajo
b. Sus componentes
Reiterando lo indicado en el
primer ensayo, la educación superior anterior a las reivindicaciones
universitarias, dependía del Poder Ejecutivo y eran los gobiernos de turno,
quienes decidían qué se enseñaba, cómo se enseñaba y quiénes enseñaban,
sometiendo entonces a la universidad y a los estudiantes a los intereses de los
ocupantes transitorios del poder, este control tan rígido sobre la universidad
tiene una explicación, el conocimiento y la crítica son elementos de cuidado
para las personas con poder, mientras una sociedad tenga menos conciencia de su
realidad y sus necesidades, más fácil resulta su control, así se entiende
porque la idea de Autonomía Universitaria era, en muchas ocasiones, tan
resistida.
Entonces, se tiene el siguiente
panorama: por un lado, universidades centralizadas, cuyas autoridades,
proyectos y planes eran revisados y controlados por el poder central, donde los
estudiantes no participaban en la toma de decisiones, por lo menos no en las
importantes. Además, esta supervisión desde el poder, garantizaba una
separación entre Universidad y Sociedad (pueblo). Este divorcio repercutió en
la formación de los estudiantes que adquirían un determinado conocimiento sin
una necesaria vinculación con su realidad.
Así las verdaderas conquistas
detrás de la Autonomía Universitaria son mayor participación y mayores
libertades. Mayor participación de los estudiantes pero también de los docentes
en todos los temas referidos a la universidad, la liberación del control
centralizado implica que el futuro de la universidad se encuentra en manos de
sus actores directos, participación completa en la determinación de sus planes
de estudio y programas académicos y en la determinación de vincular estos
programas con las necesidades y reivindicaciones nacionales.
Pero donde más influye es en la
libertad conseguida por la comunidad universitaria, ya que la Autonomía
Universitaria trae consigo la independencia ideológica de la universidad –por
tanto de sus integrantes- en relación a los diferentes niveles de gobierno, lo
que a su vez representa la libertad de expresión pero más importante la
libertad de crítica o cuestionamiento al poder; la inviolabilidad de sus
recintos, como garantía para evitar el intervencionismo de los politiqueros
externos; la libertad de cátedra para el docente y la libertad de asistencia
para el universitario, la libre elección de sus autoridades que más adelante
devino en otra piedra angular del sistema que es el co-gobierno
docente-estudiantil, como mecanismo para evitar la tiranía docente o el
libertinaje estudiantil, además de permitir la directa vinculación de los
programas y proyectos de la universidad con las aspiraciones y necesidades de
la población. Así estos componentes se ven reflejados en el Estatuto Orgánico
de la UMSA.
Entonces, resulta que la Autonomía Universitaria en sí misma es importante, pero adquiere más relevancia por sus elementos, porque es continente de varias conquistas que permiten a las universidades en lo externo plantear sus cuestionamientos y proyectos de manera independiente a las demás instituciones del Estado y en lo interno es garantía que cimenta la base de la organización universitaria. Por ello es que en diversas etapas se intentó eliminarla y también por esto las universidades ejercieron tenaz resistencia.
c. Más allá del discurso
Lo desarrollado hasta ahora se
encuentra entre la teoría y la realidad, todos estos elementos que se detallaron,
parecieran haber sido degenerados para formar otra cosa también llamada
Autonomía Universitaria pero que no contiene el mismo espíritu.
Si en líneas anteriores se dijo
que la Autonomía Universitaria tenía mayor relevancia por su contenido,la otra
Autonomía Universitaria al estar vacía no genera el mismo impacto y además
produce una de las corrientes que critica y cuestiona a la Autonomía
Universitaria, justamente por no producir los efectos y las transformaciones
que en apariencia debería tener.
Se hará énfasis en un
planteamiento realizado en la segunda mitad del siglo XX. Mario Miranda Pacheco
en su artículo “La Autonomía Universitaria en Bolivia” se refiere a la
Autonomía Universitaria como “causante del enfeudamiento y atraso de la
universidad” en este trabajo el autor reconoce el valor de la Autonomía
Universitaria tal como se citó líneas arriba, pero en su criterio lo que se
tiene no es lo que debería ser así señala: “ (…) no transforma la base
social ni las relaciones de poder que se dan en las universidades”. Lo que
conduce a creer que esta conquista se quedó a medias porque los grupos de poder
dentro de las universidades solo avanzaron en la medida de sus intereses
evitando promover una real transformación que sacuda las bases de la organización.
Así además se podría entender que
solo existieron etapas Autonomía Universitaria verdadera mientras que el resto
del tiempo se utilizó esta garantía en función a los intereses de los grupos
que estaban en el poder.
Esta posición, merece un especial
análisis, ya que no cuestiona la Autonomía Universitaria en sí, sino la
aplicación y el uso que se hizo de ella, esta postura quizás explicaría la
situación actual de las universidades, por lo que será utilizada en la tercera
parte de esta serie de ensayos, donde se evaluará diferentes etapas posteriores
a la consecución de la Autonomía Universitaria para concluir con una crítica de
la situación de nuestros días.
Bolivia. Constitución Política del Estado (2009)
Comité Ejecutivo de la Universidad
Boliviana - CEUB (2013). “Estatuto Orgánico de la Universidad Boliviana”.
Disponible en http://www.ceub.edu.bo/images/stories/estatuto_organico.pdf
MIRANDA, Mario. (1979) “La Autonomía
Universitaria en Bolivia” en La Autonomía Universitaria en América Latina.
Volumen II. México.
HASTIE, Nathanael. (2015) “La
Autonomía Universitaria: ¿Al Servicio De Las Transformaciones Sociales?” En
Temas Sociales Nº37 disponible en:http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0040-29152015000200005
Universidad Mayor de San Andrés.
“Estatuto Orgánico de la Universidad Mayor de San Andrés”
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